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Traducido al español por Rocío Murillo. Actualizado por Marc Darkin.
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Introducción
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El software de acceso remoto (RAS, por sus siglas en inglés) permite al usuario administrar de forma remota otro ordenador a través de una interfaz gráfica de usuario (GUI, por sus siglas en inglés). El software RAS normalmente se clasifica en tres categorías: atendida (en la que alguien tiene que estar físicamente en el ordenador remoto), desatendida y servidores proxy RPC auto-alojados (es un middleware que se usa para acceder a redes protegidas por cortafuegos). En esta reseña nos interesan la primera categoría y la segunda. También hay dos tipos distintos de paquetes: por un lado, los que se descargan y ejecutan sin ningún tipo de instalación y, por otro, los que se instalan y al finalizar la sesión o bien se desinstalan o bien permanecen para futuras sesiones. Por supuesto, las sesiones desatendidas necesitarán una versión instalada para permitir conectarse en cualquier momento. A continuación explicaré los pros y los contras de cada tipo de sesión y de las dos categorías. |
Discusión
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Empecemos hablando de las dos diferentes categorías: la atendida y la desatendida. Se le llama atendida cuando una persona está físicamente frente al ordenador al que se quiere acceder. Generalmente se tratará de una única sesión, o de cuando se esté intentando ayudar a alguien a solventar un problema donde no se tendrá acceso a su ordenador si la otra persona no está presente. Este tipo de acceso suele ser más rápido de establecer, pero ofrece menos funciones que en el caso de un software totalmente instalado que se ejecuta como servicio. El proceso para establecer una sesión atendida es habitualmente sencillo: hay que pedir a la otra persona que descargue una pequeña aplicación que se ejecuta en su sesión de usuario y que dará acceso a todo aquello para lo que el usuario tenga permisos. A partir de este punto existen varios escenarios, pero normalmente será necesario que tú y la otra persona intercambiéis una contraseña generada automáticamente o establecida por ti. Una vez iniciada la sesión, estás conectado y capacitado para tomar el control de su ratón y su teclado. Si el software sólo se está ejecutando, pero no ha sido instalado, tendrá normalmente algunas limitaciones como, por ejemplo, que no se puedan manejar múltiples pantallas o que cuando se pierda la conexión se tenga que empezar de nuevo el proceso, ya que carecerá de la función de reconexión automática. Si el software se instala, entonces normalmente estaremos ante la categoría desatendida. Se dispone de más funcionalidades con una solución desatendida, pero en este caso el usuario necesitará permisos de administrador para instalar el software. El software instalado deja huellas, aunque hay algunos que, al finalizar la sesión, preguntarán a la otra persona si se quiere desinstalar el software.
Resumiendo, necesitarás diferentes herramientas para hacer frente a variadas situaciones. En mis años de experiencia ayudando a la gente a solucionar problemas con sus ordenadores de forma remota, siempre me decanto por la mejor herramienta para el trabajo en cuestión. Cuando trato con una persona que no sabe nada de su ordenador, ni tiene idea de si posee permisos o si es capaz de instalar el software, entonces uso una herramienta atendida y que no precisa instalación. Otras veces, hago que la persona instale una herramienta desatendida. Deja que la situación te dicte la mejor solución, pero ten siempre ambos tipos a mano. |
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Traductora del artículo: Rocío Murillo. Traducción para la iniciativa Mondo Lingua dirigida por la agencia de traducción Mondo Services.